Entrevistas exclusivas
La era de los discursos emotivos
Como si de discursos emotivos de tratará, en el día de ayer se vio a Alberto Fernández dictar su primer discurso de inicio de año legislativo, ante los diputados y senadores de nuestro tan desprestigiado congreso de la nación.
Pero como ya es costumbre en los discursos presidenciales de nuestros altos mandatarios, se pueden escuchar años tras años, falsas promesas teñidas de un optimismo revolucionario. Antes era la doctrina de un cambio esperanzador, ahora es la esperanza de un resurgir de las cenizas que nos dejaron. Lo cierto es que pasan los mandatarios, pasan los nombres y todo sigue igual.
La justicia sigue siendo un privilegio para unos pocos familiares de los que ya están adentro, contemplado una doble vara a la hora de resolver controversias, dividiendo la vara de la justicia en dos clases la de los lores (familiares o amigos del juez) y la de los comunes (del ciudadano común). Pero tantos años de hipocresía judicial han llevado a que las controversias de los particulares, se resuelvan a base a modelos pre armados de sentencias y fallos copiados de sistemas informaticos, brindados por las editoriales. Ni que hablar de la valoración de la prueba, en donde el órgano judicial, usando la teoría de la “sana critica”, valora la prueba según el capricho del juzgador de turno.
Que decir de los tiempos judiciales, en donde nuevamente se manifiesta la doble vara de clase, una justicia rápida y eficiente para los lores y una justicia lenta y tosca para los comunes.
Pero volviendo a los discursos emotivos de nuestro nuevo presidente Alberto Fernández. No se puede negar que al igual que Cristina Kirchner, cuenta con una gran oratoria, es decir un gran desarrollo de aquella ciencia que busca convencer con la palabra. Pero claro a esta altura de nuestra democracia y con la gran cantidad de mandatarios presidenciales que pasaron desde el año 1983, ya nadie cree que el país ideal que se trata de vender en cada nuevo discurso presidencial llegue a ser una realidad.
Como si el ejercicio de la política se hubiese convertido en vender un país de fantasía, en el que todos quieren vivir, pero nadie sabe cómo llegar. Es algo normal en nuestros tiempos, hablar de fantasías, de mentiras de sueños éticos y bonitos, dichos por gente que no tiene un currículo de vida que pueda sostener la ética, como un ejemplo de vida.
Si el cambio fué la palabra usada por Macri para estafar a los argentinos, nada nos garantiza que ahora no suframos una estafa más, por parte de un nuevo gobierno, que por ahora solo hace promesas y no ha dado definiciones de qué tipo de país pretende para los argentinos y solo ha puesto excusas diciendo que ha recibido un país endeudado y con un alto grado de pobreza.
Pero sin ser pesimistas y cabe concluir que hay darle tiempo a las promesas electorales de Alberto, para ver si realmente es un optimista más como lo fue Adolfo Rodríguez Saa, a cargo de ejecutivo nacional por solo una semana, o se trata de un profesor universitario que sabe realmente llevar el país, al rumbo que todos queremos.
RJ- TV
Staff Profesional
Director:
Dr. Sergio M. Aguilera
Periodista:
Julia Alvarez
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