Entrevistas exclusivas
En exclusiva, Revista Jurídica entrevistó a Sandra González, presidenta de ADECUA
En tiempos de pandemia la provisión de servicios básicos como luz, gas, telefonía fija y móvil, entre otros, cobró un rol fundamental, como consecuencia del aislamiento social, que forzó a millones de argentinos a pasar más tiempo en sus hogares. Como resultado, además del aumento en el consumo, también hay un aumento en los reclamos y en los problemas para abastecer a un país. Redes saturadas y sobrecargadas generaron que el Gobierno tomara algunas medidas provisorias, relacionadas más que nada con el pago de esos servicios, debido a la caída de ingresos por falta de empleo, entre otros motivos. Para la especialista en defensa del consumidor, “la cuestión que hoy se plantea es que los usuarios no tienen con quién comunicarse, ni un teléfono para llamar” y además aquello que es “vía mail no le contestan o no tiene una respuesta satisfactoria” afirmó.
En el análisis de este contexto, a comienzos de la pandemia “lo primero que aparecía con mayor frecuencia en los reclamos era todo lo que tenía que ver con cosas turísticas” como pasajes y paquetes o “cómo les devolvían o como les abrían los pasajes” a los clientes, relató Sandra González. Este escenario es el que marcó la tendencia de los reclamos en el primer mes, donde luego empezó a “mutar” y tuvo que ver con el en gran parte con el cambio de hábito de la compra por internet. “Si bien ya existía, no era algo tan masivo. Se ha agrandado muchísimo. Tanto de supermercados como de otros productos” detalló.
Entre los problemas que allí surgieron, con el comercio electrónico, hubo muchísimas situaciones como retrasos en las entregas de 10 ó 20 días y hasta errores en los productos enviados. Pero no termina ahí, ya que aparece en el tablero la cuestión relacionada con las tarjetas de crédito, que han experimentado un boom de uso en estos meses gracias a la digitalización del comercio y el dinero electrónico. La forma o medio de pago más utilizado en pandemia es el “plástico” por dos simples razones: el aislamiento que lleva a comprar cosas desde casa por no contar con la atención en el comercio mismo y por otro lado la caída en los ingresos de las personas, que por desempleo o falta de facturación, recurre a la utilización de la tarjeta de crédito para paliar gastos y compensar el desbalanceo en las finanzas hogareñas.
Entonces ahí el problema primero radica en el pago de los resúmenes, con ingresos a la baja, los clientes pudieron pagar poco o casi nada los saldos. Si bien el Gobierno nacional, a través de una resolución del Banco Central, permitía sólo con tarjetas bancarizadas “refinanciar su deuda, su saldo, total o parcialmente, en 9 cuotas que se cobraban a partir del mes de agosto”, explica Sandra González a Revista Jurídica, “es decir que mayo, junio y julio no se cobraba”. A partir de agosto los bancos cobrarían esos saldos refinanciados, pero “con una tasa de interés del 46% más gastos, que daba un 47% más o menos” afirmó la presidenta de ADECUA.
Ahí, explicó González en la entrevista, “hubo varios problemas, en primer lugar no es que han extendido tu límite de compra en la tarjeta de crédito, al usar ese límite se estaba achicando el margen para seguir comprando” tanto que “hay mucha gente que se ha quedado con tarjetas anuladas. Por otra parte, cuando comenzaron a llegar los resúmenes para el pago de saldos, por consiguiente llegaron las cuotas de los planes de pago tomados en abril. “En el cúmulo de lo que cobraban los bancos, terminaron cobrando lo que quisieron, en algunos casos entre IVA, gastos administrativos e intereses” por lo que “esas picardías” generaron que “mucha gente haya tenido una deuda de tal monto que se le fue bastante más alta, ó que ha querido cancelarla y no ha podido” afirmó la especialista en defensa del consumidor.
“Hay gente que desde abril al día de hoy todavía no pudo recomponer su situación financiera. En líneas generales el argentino está muy endeudado, muy sobreendeudado, está teniendo problemas considerables y en muchos casos la tarjeta de crédito ha servido para poder paliar una situación de alimentos nada más, eran compras de supermercado” enfatizó Sandra González, en un resumen de la dramática imagen de la economía cotidiana de millones de argentinos, que recurren a endeudarse para pagar servicios básicos o comprar artículos de la canasta básica, como alimentos y otros de limpieza e higiene.
Otro tema de la charla fue el de las tarifas de servicios, especialmente de luz y gas, que como se indicó al principio, experimentaron un aumento en el consumo hogareño ante los cambios de hábito por pasar más tiempo dentro del domicilio. “Frente a que no hubo mediciones en los tres primeros meses y después se ha medido todo junto con el cuadro tarifario que hay tanto en luz como en gas, a la gran cantidad de usuarios lo que les ha sucedido es que han subido de categoría, han pasado de categorías más altas”, explicó la presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de Argentina a Revista Jurídica.
“Si bien no hubo aumento de tarifas” remarca la especialista, “lo que ha pasado es que al haber cambio de categoría, es medio salvaje el cambio de categoría, se produjo una diferencia muy grande” en el monto final de la factura. Este esquema es el que se mantiene tras los cambios en el gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, al margen de los detalles técnicos, el Gobierno nacional ha confirmado que habrá descongelamiento de tarifas. “Según lo que el propio Secretario de Energía ha dicho en los medios, es que a partir del 31 de diciembre se descongelan las tarifas y va a haber aumentos para lo que sería luz y gas. Esa es la información que nosotros tenemos” afirmó González. En ese sentido sostuvo que “hay que estudiarlo bien, hay mucha gente que está en situación de no poder pagar las facturas que tienen pendientes” y además se debe “trabajar en una tarifa social, hay sectores sociales sumamente golpeados y discutirlo en una audiencia pública” remarcó.
Escuchá la entrevista completa con Sandra González: